De frustraciones y otras cosillas...

... bien, pa los que me conocen, ésta no será novedá, pero he de confesarles que soy una cantante frustrada desde mi primera infancia, por allá por el principio de los ochentas, cantaba yo cual jilguerillo las rolas de Dulce, Lupita D'Alessio, Amanda Miguel, Marisela, ABBA, Queen... José Alfredo, Carlos Isaac Lara, Javier Solís y hasta Yuri... era yo una grabadora ambulante, canción que escuchaba dos veces, canción que andaba cantando como periquito de amorsh, brincando por toda la casa y acostándome en el piso cuando llegaba del kinder. Para mí era lo más chido del mundo, brincar, acostarme en el piso frío y cantar... pero llegó la maldita pubertaaaaad!

En la secundaria nos ponían a huevo a cantar una rola en frente de todo el salón, y no conformes con eso, sometían nuestro desempeño a eliminatorias!!! no mames!, también nos hacían montar obras de teatro, una coreografía y nosotros hicimos una de la Onda Vaselina... que pedooo? es la época (sin temor a equivocarme) más horrible de toda mi vida, está uno puberto, deforme, inconforme, graniento y descoordinado y lo ponen a hacer ese tipo de ridículos en frente de todo el mundo!... bueh... que se puede esperar.

Así pasaron mis tres años de secun, tratando de esconderme entre la multitud del coro escolar, odiando mis clases de educación física, haciendo mi tarea de taquimecanografía y escuchando a Nirvana, Metallica y Héroes del Silencio... mi madre estaba a punto de hacerme un exorsismo, pero luego vino lo peor... LA PREPA!

Prepa... oh adorada prepa!!! esa si es vida! Ya tiene uno acomodadas sus cositas, y adelgazas con dejar de tomar sodas... te importa madres lo que te digan y puedes salir corriendo sin que te alcance tu jefita, luego vienen los cagadones, pero ya que!... puedes tener novio sin que se den cuenta, jaja! y empiezas a tomar tu estilo de vida, de vestir, hablar. Entonces fué cuando comencé mis clases de guitarra en Bellas Artes y ahora sí a mi mamá y a mi papá les daba el ataque... yo usaba pantalones de mezclilla, camisas y zapatos de cintas... no usaba bolsa, mi cartera la cargaba en la bolsa trasera derecha del pantalón: "ese es mi'jo!" me dijo mi padre un día cuando salía a mis clases de guitarra, no me agüité, me dió risa.

Entre caguamas de entrada clandestina a la escuela, cigarros en los descansos, uniformes incompletos, polaca estudiantil, incendios y pedas en el laboratorio, bocas quemadas con ácido, partidos de beis en el salón y llantos incesables de mi maestra de lógica y microbiología, pasó la mejor etapa de mi vida...

Fué hasta la Universidad cuando volví a tomar mi gusto por la cantada en público, o sea siempre he cantado, pero en público ya en serio, solo en la Universidad... mi debut (jajajajaja!) fue en la Quinta Gameros, en un exámen de Jazz, en la que canté "Satin Doll" de Duke Ellington. A esa siguieron unas poquillas colaboraciones con amigochos del IBArt... cánticos por aqui, corillos por allá, grabaciones en estudio, uno que otro desafane... pero es chido. Me gusta, y si estuviera de nuevo en la prepa, sin dudarlo me iría por la cantada, esa vida es chida, cerveza pa ensayar, pa tocar y pa festejar o consolarse... cigarros medidos porque no hay lana, jaja!... caminatas interminables bajo el sol inclemente, cargando amplis, guitarras y tarolas, ojos picados con Doritos, awaslocas... aaaaahhh!!! ese olor a alquitrán y crudez!!! Quizá en otra vida fuí de esas cantantes alcohólicas de bar, que nunca salen de ahí y son felices.

PD: por si no lo notaron la primaria me pasó de noche, o mejor dicho, la borré de mi cpu... en ese entonces era yo una albóndiga con patas y fué aún peor que la secundaria, es un trauma que no he superado, al igual que el huevo tibio que me daba mi mama a fuerzas pa almorzar.