Hoy en la mañana que venía pa mi chamba (lugar donde posteo, Kabeza tiene razón), ví como una señora regordeta, bañada y arreglada a la carrera llevaba a sus hijos a la escuela, a madre! los llevaba volando cruzando el paso peatonal de la Villa. Uno de los niños llevaba una tabla con un mapa dibujado y cubierto con plastilina, y entonces me acordé de mi cuarto año de primaria...
Yo tenía once años, y mi maestra era una ñora amarguetas, que se llamaba Olga Lilia. En ese tiempo nosotros pasábamos por algo así como una "etapa de austeridad" familiar, mi mamá insistía en ponernos un lonchesote pa comer en la escuela en lugar de darnos dinero para comprar cochinadas, y nos ponía agua en un termo al que siempre le escurría por la tapa y terminaba mojando todos los cuadernos y el lonche, pero se le agradecía a mi madre que se levantaba super temprano para tenerlos listos para cinco hijas antes de las siete de la mañana. Bien, retomando, la maestra Olga Lilia era una persona nefasta por naturaleza, tenía los dientes grandes, salidos y chuecos, además la boca le olía siempre como a menudo, cosa que nos daba harto asco a todos, sobre todo cuando nos llamaba al escritorio para revisar los cuadernos... gduaaa!
Esa mujer, a la hora del recreo se mandaba comprar un chingo de cosas, tres chicharrones de esos grandotes, unas papas, dos gorditas de harina, una soda y unos cacahuates japoneses; pero no se los comía en el recreo, se los comía justo cuando todos íbamos entrando a clases después de chirotear como loquitos, cansados, hambrientos y sedientos y ella lo disfrutabaaaaa! se le notaba que lo hacía a propósito. Mi escuela era pública, pero además de eso, estaba llena de niños que lejos de poder llevar algo de lonche (como yo) o dinero para comprar, estaban deseosos de llegar a su casa y poder encontrar algo de comer en la mesa... había gente muy jodida, nosotros estábamos en la gloria.
Pues bien, la vieja gorda se la pasaba comiendo desde las once y media de la mañana, que llegábamos del recreo, hasta la hora de salida, y no conforme con eso siempre nos decía que estábamos tontos, loquitos y nos empujaba las bancas hacia atrás cuando en su afán por recargar su horrendo traserote en el escritorio se apoyaba en la banca de enfrente y zaz!!! allá vamos todos a dar hasta el fondo del salón...
Hace poquito supe que está aquí en el psiquiátrico (a. k. a. la casa de la risa), yo espero que esté muy bien, tan bien pero tan bien y a gusto que se quede ahí mucho tiempo... todavía me acuerdo la carita de mi amiga Susi cuando el cerdo aquel se llevaba las cosas a la boca y ella no había probado bocado desde el día anterior por la tarde... por eso nunca dejé de pedirle a mi mamá que me pusiera lonche, porque siempre había alguien a quién se lo pudiera dar, y se sentía mejor que habérselo comido.
3 comentarios:
De nuevo el primero en comentar ....
Tu historia es tragi-comedia, y esta buenisima. Que rollo con los profes de escuela publica? hay salvadas excepciones pero la gran mayoria son nefastos, o ya no son como antes.
Mis mama fue maestra rural en su pueblo (Uruachic, Chihuahua) y mi papa fue maestro en una secundaria, mi hermano mayor fue maestro de la prepa toda su vida (y ahorita sigue pero en otra escuela), mi hermana fue maestra de kinder y yo alguna vez di clases. Pero siempre hay un negrito en el arroz, o un cerdito en el corral, jajaja. Se cosecha lo que se siembra pienso yo, ojala y los maestros de verdad se pongan las pilas.
Saludos y sorry por el alargamiento del comentario.
Hola Webita!!
Nada mas pase a saludar :)
Muchas gracis por tus felicitaciones por mi boda, la verdad todavia no me la creo que ya estoy casada pero estoy muy feliz!!
ah! y ya puse un post jajajaja
Un abrazo!
Órale...
No tiene nada que ver este texto con la reforma a la ley del I.S.S.S.T.E. y tu opinión al respecto ¿Verdad?
Je,je,je.
Saludos escolares.
El Zórpilo.
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